Mis tardes con Margueritte.
Veréis el trailer y tal vez penséis, vaya pastel de película francesa nos recomienda esta ahora. Yo también lo pensé, y además, tenía que verla obligatoriamente. La Escuela Oficial de Idiomas te obliga a ver 2 películas al año a modo de actividad para prácticar el idioma.
Pero bueno, la cuestión es que miras el trailer y te encuentras: peli francesa, actor francés (Gerard Depardieu), actrices francesas (Gisèle Casadesus como Margueritte, y la dueña de Les 2 Moulins de Amélie como madre de Depardieu), localizada en algun pueblo remoto de la francia profunda. El plan no promete mucho... a decir verdad.
Pero luego, después de buena compañía en un bar esperando el momento de entrar al cine, unas risas sobre el hipotético argumento del film, y la compasión mutua por tener que pasar 1 hora y 22 minutos delante de una pantalla para ver: ¿¿qué?? Una acaba por tener una grata sorpresa.
Es bonita. Una película dulce, entrañable, con la que fácilmente hemos podido sentirnos identificados en algun momento en nuestras vidas. Pasa rápido, amena. Los actores cumplen su función exquisitamente, transportando al espectador hacia esa remota plaza, y le invita a contar palomas, ponerles nombre y leer a Camus, Sepúlveda, incluso aquél diccionario que pasa de mano en mano.
Y ya no digo nada más. Llenaros de expectativas no haría más de estropearos la película. Ahora sólo sabéis que vale la pena. Y para disfrutarla, con eso basta.
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